Estudio Técnico
Una de las fases que quizás demanda una mayor cantidad de tiempo y recursos humanos, técnicos y financieros, es sin lugar a dudas el estudio técnico. Este proceso busca determinar, entre otras cosas, la viabilidad técnica de la elaboración del producto, las inversiones necesarias para realizar dicha producción tanto en
tecnología, infraestructura como en personal y materiales. Además, vincula al análisis algunas variables tan importantes como la localización y el tamaño óptimo del proyecto. El estudio técnico se puede resumir en tres capítulos fundamentales. El primero es el que tiene que ver con el análisis de ingeniería que todo proyecto productivo implica hacer. En este aparte, se identifica la función óptima de producción, basada ésta, en la demanda esperada, la disponibilidad y costo de los factores productivos y la disponibilidad de recursos financieros. Adicionalmente, y como una consecuencia de la función productiva definida para el proyecto, se deben tomar decisiones acerca de la infraestructura, obras físicas, equipamiento tecnológico, mano de obra y materias primas a utilizar durante todas las fases de la inversión. El segundo capítulo refiere el problema del tamaño del proyecto. El concepto de tamaño que se maneja a nivel de proyectos, podría definirse como una variable bastante compleja dado que compone una serie de factores que lo definen. Aspectos como el volumen de demanda esperado, la disponibilidad de recursos técnicos y humanos, la legislación vigente entre otros factores pueden determinar el nivel de inversiones de un proyecto y su evolución futura. El tercer capítulo habla de la decisión de localización del proyecto. Para asumir posiciones respecto a donde localizar la operación, es necesario antes, analizar profundamente los factores determinantes que pueden afectar de manera importante la rentabilidad del proyecto. La ubicación de los consumidores, de las zonas de abastecimiento, la disponibilidad de medios de transporte, la infraestructura y la disponibilidad de servicios de apoyo, entre los más importantes, son parte fundamental de este análisis. Por su naturaleza, la localización constituye una decisión de largo plazo, por cuanto equivocarse resulta generalmente muy costoso, dado que implica esfuerzos económicos significativos si se quiere modificar dicha decisión. |
Ingeniería del proyectoLa ingeniería del proyecto hace referencia a algunos aspectos particulares del proyecto; la infraestructura yplanta física, la tecnología, las obras físicas (Adecuaciones), la mano de obra y algunos otros costos inherentes al proyecto. Pero antes de desarrollar cada uno de estos aspectos, es necesario mencionar quetodos ellos se encuentran en función del nivel de producción del proyecto y, este a su vez, también está enfunción de los resultados obtenidos en la estimación de la demanda potencial del producto o servicio, realizada en el estudio de mercado. Así por ejemplo, si en el estudio de mercado se calculó que durante el primer año de operación del proyecto, se espera vender 10.000 unidades de producto, la planta de producción y el proceso productivo en general, debe estar estructurado de tal manera que permita
atender esa demanda. |
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El proceso de producción
Cuando se habla de proceso productivo se piensa en una serie de insumos que son
transformados a través de una tecnología específica (Máquinas, equipos, mano de
obra) en productos finales. Esta acepción se enmarca muy bien en procesos
industriales, pero también puede ser aplicada a servicios, dado que estos a pesar que
no realizan una transformación física de materiales, si requieren el uso del intelecto
para estructurar “productos” que satisfacen necesidades específicas de un mercado, a
partir del conocimiento.
Pero ¿cómo definir el proceso productivo óptimo? Esto depende en realidad del tipo de
industria, del bien o servicio que se ofrezca, de la demanda esperada entre otros
aspectos. En términos generales el nivel óptimo de producción es aquel que satisface
una restricción de manera eficiente. Por ejemplo, determinar el número de unidades
que se deben producir para minimizar el costo de producción o maximizar los ingresos,
son algunas situaciones que pueden definir la optimización en la producción.
Con el fin de hacer un análisis un poco más estructurado del proceso productivo es
necesario clasificarlo de acuerdo con unas categorías generalmente aceptadas. La
primera de ellas es referente al tipo de flujo productivo y se clasifica como a
continuación se menciona:
En serie. Cuando el producto es estandarizado, es decir que tiene características
iguales, se orienta a mercados muy grandes y el proceso de producción obedece a la
misma secuencia siempre, lo que permite dados los altos volúmenes de producción
obtener economías de escala importantes. Ejemplos claros de producción en serie son
las grandes productoras de refrescos y gaseosas que producen y consumen millones de
litros diariamente1.
• Por producto o pedido. Esta tipología define un proceso productivo más
específico y más flexible en lo que tiene que ver a la utilización de los factores de
producción. Esto significa que la mano de obra y la tecnología deben tener la
capacidad de adecuarse a las características de cada línea de producto, lo que
implica muy probablemente mayores costos de producción2.
• Por proyecto. En este caso se requiere una mayor especificidad en los factores de
producción. De hecho como su nombre lo indica, en muchas ocasiones se
requiere de equipos de trabajo, tecnología y materiales diferenciados por cada
uno de los proyectos. Ejemplos de este tipo de producción son los proyectos de
infraestructura, dado que a pesar que una compañía constructora puede tener
varios proyectos (Construcción de un edificio y de una carretera, por ejemplo),
debe estructurar por separado el proyecto y destinar recursos específicos a cada
uno de ellos.
transformados a través de una tecnología específica (Máquinas, equipos, mano de
obra) en productos finales. Esta acepción se enmarca muy bien en procesos
industriales, pero también puede ser aplicada a servicios, dado que estos a pesar que
no realizan una transformación física de materiales, si requieren el uso del intelecto
para estructurar “productos” que satisfacen necesidades específicas de un mercado, a
partir del conocimiento.
Pero ¿cómo definir el proceso productivo óptimo? Esto depende en realidad del tipo de
industria, del bien o servicio que se ofrezca, de la demanda esperada entre otros
aspectos. En términos generales el nivel óptimo de producción es aquel que satisface
una restricción de manera eficiente. Por ejemplo, determinar el número de unidades
que se deben producir para minimizar el costo de producción o maximizar los ingresos,
son algunas situaciones que pueden definir la optimización en la producción.
Con el fin de hacer un análisis un poco más estructurado del proceso productivo es
necesario clasificarlo de acuerdo con unas categorías generalmente aceptadas. La
primera de ellas es referente al tipo de flujo productivo y se clasifica como a
continuación se menciona:
En serie. Cuando el producto es estandarizado, es decir que tiene características
iguales, se orienta a mercados muy grandes y el proceso de producción obedece a la
misma secuencia siempre, lo que permite dados los altos volúmenes de producción
obtener economías de escala importantes. Ejemplos claros de producción en serie son
las grandes productoras de refrescos y gaseosas que producen y consumen millones de
litros diariamente1.
• Por producto o pedido. Esta tipología define un proceso productivo más
específico y más flexible en lo que tiene que ver a la utilización de los factores de
producción. Esto significa que la mano de obra y la tecnología deben tener la
capacidad de adecuarse a las características de cada línea de producto, lo que
implica muy probablemente mayores costos de producción2.
• Por proyecto. En este caso se requiere una mayor especificidad en los factores de
producción. De hecho como su nombre lo indica, en muchas ocasiones se
requiere de equipos de trabajo, tecnología y materiales diferenciados por cada
uno de los proyectos. Ejemplos de este tipo de producción son los proyectos de
infraestructura, dado que a pesar que una compañía constructora puede tener
varios proyectos (Construcción de un edificio y de una carretera, por ejemplo),
debe estructurar por separado el proyecto y destinar recursos específicos a cada
uno de ellos.
Infraestructura y obras físicas
Para facilitar la normal operación del proyecto, es necesario determinar los espacios físicos requeridos y su adecuación. Las decisiones entre adquirir y arrendar tienen efectos claramente identificables sobre los flujos de caja del proyecto y a nivel fiscal.
Así por ejemplo, si se decide comprar los inmuebles, estos configuran una inversión, pero si se decide arrendar, constituirá un costo para todos aquellos inmuebles que participan en la producción del bien o servicio y un gasto operacional, para aquellos inmuebles que facilitan las funciones de las áreas de apoyo.
Es necesario estructurar la información en un presupuesto de inversiones, adecuaciones y mantenimientos. Es recomendable hacerlo de manera detallada para facilitar la construcción posterior de los flujos de caja del proyecto. En ocasiones, durante la operación del proyecto, es necesario realizar nuevas inversiones en obras físicas. Si este es el caso, se calculan los posibles costos a futuro que dichas inversiones
podrían tener. Por ejemplo para el caso colombiano, las mejoras significativas a los activos fijos son tipificadas como un mayor valor de dicho activo, es decir que para efectos de los flujos de efectivo constituyen inversiones.
Así por ejemplo, si se decide comprar los inmuebles, estos configuran una inversión, pero si se decide arrendar, constituirá un costo para todos aquellos inmuebles que participan en la producción del bien o servicio y un gasto operacional, para aquellos inmuebles que facilitan las funciones de las áreas de apoyo.
Es necesario estructurar la información en un presupuesto de inversiones, adecuaciones y mantenimientos. Es recomendable hacerlo de manera detallada para facilitar la construcción posterior de los flujos de caja del proyecto. En ocasiones, durante la operación del proyecto, es necesario realizar nuevas inversiones en obras físicas. Si este es el caso, se calculan los posibles costos a futuro que dichas inversiones
podrían tener. Por ejemplo para el caso colombiano, las mejoras significativas a los activos fijos son tipificadas como un mayor valor de dicho activo, es decir que para efectos de los flujos de efectivo constituyen inversiones.
Equipamiento del proyecto y tecnología
Estas inversiones se definen como la adquisición de equipos, maquinaria, medios de transporte, muebles y en general todos aquellos elementos necesarios para poner en marcha la operación del proyecto. Toda la información que se incluya en el presupuesto de adquisición de tecnología y mobiliario, debe respaldarse por cotizaciones e información veraz de precios de mercado. No olvide que esto implica
salida de flujos de caja (Inversiones) y de la calidad de la información, depende en gran medida tomar decisiones acertadas acerca de la rentabilidad del proyecto. Si por ejemplo la información de los costos de adquisición está sobre estimada, podría hacer que se rechace el proyecto porque sus indicadores de rentabilidad no cumplen con la expectativa de los inversores. Pasaría exactamente lo contrario si se subestimase estas inversiones.
Se recomienda hacer cuantos presupuestos sean necesarios y luego al igual que en obra física, proceder a consolidarlo en uno solo. Se debe tener en cuenta la obsolescencia de la tecnología. Esto es, que existe la posibilidad que durante la proyección explícita de los flujos de efectivo del proyecto, se deban hacer nuevas inversiones o reposiciones en tecnología, lo que por un lado implica una salida de efectivo, pero por otro, muy posiblemente se pueda vender el activo viejo y obtener un valor de salvamento. Todo debe tenerse en cuenta.
salida de flujos de caja (Inversiones) y de la calidad de la información, depende en gran medida tomar decisiones acertadas acerca de la rentabilidad del proyecto. Si por ejemplo la información de los costos de adquisición está sobre estimada, podría hacer que se rechace el proyecto porque sus indicadores de rentabilidad no cumplen con la expectativa de los inversores. Pasaría exactamente lo contrario si se subestimase estas inversiones.
Se recomienda hacer cuantos presupuestos sean necesarios y luego al igual que en obra física, proceder a consolidarlo en uno solo. Se debe tener en cuenta la obsolescencia de la tecnología. Esto es, que existe la posibilidad que durante la proyección explícita de los flujos de efectivo del proyecto, se deban hacer nuevas inversiones o reposiciones en tecnología, lo que por un lado implica una salida de efectivo, pero por otro, muy posiblemente se pueda vender el activo viejo y obtener un valor de salvamento. Todo debe tenerse en cuenta.
Mano de obra del proyecto
Ya se ha determinado inversiones y costos de la planta física y el equipamiento. Ahora falta por determinar el costo de la mano de obra involucrada en la producción del bien.
La importancia relativa de estos costos en el proyecto dependerá, entre otros aspectos, del grado de automatización del proceso productivo, de la especialización del personal requerido, de la situación del mercado laboral, de las leyes laborales y el número de turnos requeridos (Nassir, 1995). La cantidad de empleados involucrados en la producción tanto directamente (Operarios, obreros, ensambladores etc.), como indirectamente (Supervisores, vigilancia, aseo etc.) lo determina que tan complejo es el proceso y si es o no intensivo en mano de obra. Esto significa que pueden existir proyectos que requieren más de mano de obra, por ejemplo las plantaciones de agrícolas, mientras que otros proyectos requieren menos mano de obra pero más tecnología, tal es el caso de las embotelladoras o las ensambladoras de vehículos. Además la especialización juega un papel fundamental en el costo, dado que por ilustrar una situación en particular, sería más barato pagar un salario a un operario que a un ingeniero requerido en el proceso productivo.
La importancia relativa de estos costos en el proyecto dependerá, entre otros aspectos, del grado de automatización del proceso productivo, de la especialización del personal requerido, de la situación del mercado laboral, de las leyes laborales y el número de turnos requeridos (Nassir, 1995). La cantidad de empleados involucrados en la producción tanto directamente (Operarios, obreros, ensambladores etc.), como indirectamente (Supervisores, vigilancia, aseo etc.) lo determina que tan complejo es el proceso y si es o no intensivo en mano de obra. Esto significa que pueden existir proyectos que requieren más de mano de obra, por ejemplo las plantaciones de agrícolas, mientras que otros proyectos requieren menos mano de obra pero más tecnología, tal es el caso de las embotelladoras o las ensambladoras de vehículos. Además la especialización juega un papel fundamental en el costo, dado que por ilustrar una situación en particular, sería más barato pagar un salario a un operario que a un ingeniero requerido en el proceso productivo.
Materias primas
Este apartado consiste en determinar el costo de las materias primas de un determinado nivel de producción. Tal como se mencionó anteriormente, al determinar la demanda factible para el primer año de operación, implícitamente se estaba determinando también los aspectos inherentes a la producción. Es necesario que en el presupuesto de materiales, se especifique la cantidad, el costo unitario y el total, con el fin de facilitar su registro a la hora de construir los estados financieros. Igualmente se debería tener en cuenta, los descuentos por volumen que se podrían conseguir, dado que si la producción aumenta cada año, como es lo deseable, se podría esperar que se
consigan precios más favorables en el mercado de proveedores.
consigan precios más favorables en el mercado de proveedores.
TAMAÑO DEL PROYECTO
Factores determinantes
El tamaño del proyecto está determinado por muchos factores entre los cuales se encuentra el tamaño de la demanda, las estrategias comerciales, la localización, el crecimiento esperado y disponibilidad de materias primas. Es recomendable determinar la relación existente entre estos factores y su nivel de impacto en los flujos de caja del proyecto. Por ejemplo, es diferente tener varias plantas de producción para
facilitar el abastecimiento de las tiendas y aprovechar la cercanía al mercado, que tener una sola planta y distribuir desde allí a otros puntos del país los productos. En el primer caso, el nivel de inversiones puede ser mayor pero en el mediano plazo se
pueden reducir sustancialmente los costos de transporte, en el segundo, se pueden obtener economías de escala en la producción, pero podrían subirse de manera significativa los costos de transporte.
Otro de los aspectos a evaluar es la disponibilidad de insumos y materias primas. Puede existir una expectativa de demanda de cierta cantidad de unidades en el mercado, pero no se podría establecer la capacidad instalada para atender dicho volumen, si las materias primas no son suficientes para hacerlo. Por ejemplo si el producto requiere de una resina especial, escaza en su producción, esto podría limitar el tamaño del proyecto hasta las unidades que se podrían producir con el material existente. Por tanto el estructurador de un proyecto de estas características debe tener planes contingentes de abastecimiento, esto es, materias primas sustitutas que no atenten contra la calidad de su producción.
La tecnología necesaria para poner en marcha el proyecto, es otro de los factores determinantes del tamaño. Cuando se realiza la proyección de demanda y se espera su crecimiento durante el horizonte de proyección, es necesario definir si se adquiere desde el inicio la totalidad de equipos necesarios para cubrir este crecimiento, dejando con ello una capacidad ociosa durante las primeras fases del proyecto, o si por el contrario se van realizando inversiones paulatinas a medida que crezca la demanda.
facilitar el abastecimiento de las tiendas y aprovechar la cercanía al mercado, que tener una sola planta y distribuir desde allí a otros puntos del país los productos. En el primer caso, el nivel de inversiones puede ser mayor pero en el mediano plazo se
pueden reducir sustancialmente los costos de transporte, en el segundo, se pueden obtener economías de escala en la producción, pero podrían subirse de manera significativa los costos de transporte.
Otro de los aspectos a evaluar es la disponibilidad de insumos y materias primas. Puede existir una expectativa de demanda de cierta cantidad de unidades en el mercado, pero no se podría establecer la capacidad instalada para atender dicho volumen, si las materias primas no son suficientes para hacerlo. Por ejemplo si el producto requiere de una resina especial, escaza en su producción, esto podría limitar el tamaño del proyecto hasta las unidades que se podrían producir con el material existente. Por tanto el estructurador de un proyecto de estas características debe tener planes contingentes de abastecimiento, esto es, materias primas sustitutas que no atenten contra la calidad de su producción.
La tecnología necesaria para poner en marcha el proyecto, es otro de los factores determinantes del tamaño. Cuando se realiza la proyección de demanda y se espera su crecimiento durante el horizonte de proyección, es necesario definir si se adquiere desde el inicio la totalidad de equipos necesarios para cubrir este crecimiento, dejando con ello una capacidad ociosa durante las primeras fases del proyecto, o si por el contrario se van realizando inversiones paulatinas a medida que crezca la demanda.
La localización del proyecto
Para definir la localización del proyecto, se debe tener claro que ésta es una decisión de
largo plazo y por ello no es posible probarla en un tiempo corto para después variarla,
dado que eso implica grandes sacrificios en recursos económicos. Lo localizacional es
una de las variables claves para determinar la viabilidad económica y financiera de un proyecto de inversión productivo.
largo plazo y por ello no es posible probarla en un tiempo corto para después variarla,
dado que eso implica grandes sacrificios en recursos económicos. Lo localizacional es
una de las variables claves para determinar la viabilidad económica y financiera de un proyecto de inversión productivo.
Métodos de valoración para definir la localización
Factores cuantificables y no cuantificables:
Es importante aclarar que de todos los factores determinantes de la localización de un proyecto, algunos son fácilmente medibles desde el punto de vista económico y financiero, pero otros por tratarse de aspectos netamente cualitativos son difíciles de medir.
La interrelación entre la ingeniería, el tamaño y la localización
del proyecto
Cuando en el estudio de mercado se establece la demanda potencial del proyecto, se define el nivel de producción para dar cobertura a dicha demanda. A su vez, para llevar a cabo la producción es necesario definir una estructura operativa adecuada. Esto significa, que se requiere de espacios físicos (infraestructura), mano de obra y materiales que soporten la producción y comercialización del bien. La ingeniería del proyecto se encarga de establecer las condiciones más eficientes para adquirir los Inmuebles y equipos de operación y además las inversiones necesarias para su adecuación y puesta en marcha.
Las estrategias comerciales y la proyección de demanda entre otros aspectos, definen el tamaño del proyecto, entendido este como el nivel de inversiones necesarias para desarrollar las actividades productivas. El tamaño no se debe entender como un aspecto aislado a la localización y la ingeniería, si no por el contrario estrechamente relacionados entre sí.
En conclusión, la dinámica que describe esta interrelación se puede entender así; el nivel de producción depende de la demanda estimada para el proyecto, a su vez el nivel de producción requiere de equipos e infraestructura para materializarse y con ello se configura el nivel de inversión inicial. El volumen de inversiones configura el tamaño del proyecto, el cual a su vez depende de la estrategia comercial que se implemente.
Por ejemplo, dos proyectos que pretendan producir un mismo bien y vender 10.000 unidades de él, en teoría podrían tener un nivel de inversiones similar, pero uno de los proyectos decide localizar su operación en varias zonas del país, mientras que el otro decide centralizar su operación en una sola ciudad. Obedeciendo a su estrategia comercial, el segundo proyecto podría tener un nivel de inversión menor que el
primero, pero podría comprometer parte de su crecimiento en el largo plazo. Las decisiones de tamaño y localización dependen de muchas variables y el estructurador del proyecto debe estar en capacidad de tomar decisiones tendientes a mejorar la rentabilidad de la inversión, basado en información relevante y adecuada.
Las estrategias comerciales y la proyección de demanda entre otros aspectos, definen el tamaño del proyecto, entendido este como el nivel de inversiones necesarias para desarrollar las actividades productivas. El tamaño no se debe entender como un aspecto aislado a la localización y la ingeniería, si no por el contrario estrechamente relacionados entre sí.
En conclusión, la dinámica que describe esta interrelación se puede entender así; el nivel de producción depende de la demanda estimada para el proyecto, a su vez el nivel de producción requiere de equipos e infraestructura para materializarse y con ello se configura el nivel de inversión inicial. El volumen de inversiones configura el tamaño del proyecto, el cual a su vez depende de la estrategia comercial que se implemente.
Por ejemplo, dos proyectos que pretendan producir un mismo bien y vender 10.000 unidades de él, en teoría podrían tener un nivel de inversiones similar, pero uno de los proyectos decide localizar su operación en varias zonas del país, mientras que el otro decide centralizar su operación en una sola ciudad. Obedeciendo a su estrategia comercial, el segundo proyecto podría tener un nivel de inversión menor que el
primero, pero podría comprometer parte de su crecimiento en el largo plazo. Las decisiones de tamaño y localización dependen de muchas variables y el estructurador del proyecto debe estar en capacidad de tomar decisiones tendientes a mejorar la rentabilidad de la inversión, basado en información relevante y adecuada.
RESUMEN
El estudio técnico del proyecto comprende tres etapas fundamentales; la ingeniería, el tamaño y la localización. Las tres se encuentran estrechamente relacionadas entre sí y definen los costos, gastos e inversiones que se deben asumir con la puesta en marcha del proyecto.
La ingeniería a su vez, comprende el análisis a profundidad del proceso productivo, la infraestructura, el equipamiento, la mano de obra requerida, las materias primas y los costos indirectos. Al definir una función de producción óptima, basada en la demanda esperada, se está determinando de manera implícita, las inversiones necesarias en obras físicas e infraestructura, así como las inversiones en capital de trabajo y los costos en adquisición de materias primas y salarios. En esta etapa se deben presentar todos los presupuestos (Inversiones en obras físicas y tecnología, adquisición de materias primas e insumos etc.) necesarios para alimentar el estudio financiero y determinar los flujos de caja del proyecto de inversión.
El tamaño del proyecto hace referencia a establecer el nivel de inversiones necesarias para operar normalmente. Esta decisión, depende entre otros aspectos a la demanda esperada presente y futura, las estrategias comerciales, la disponibilidad de factores de producción, entendidos estos como mano de obra, tierra y materias primas. Para determinar el tamaño se presentan varias opciones entre las cuales está el factor de
escala, donde se relaciona el nivel de inversión con la productividad del tamaño de planta, medido en unidades de producto y por otro lado, aparece el valor presente de las diferentes opciones de tamaño, el cual consiste en calcular flujos netos anuales para cada tamaño, teniendo en cuenta para ello, las economías de escala que se podría dar y el apalancamiento operativo, eligiendo el tamaño de planta que presente un mayor valor presente neto.
Por último, aparece el problema de la localización del proyecto. Al igual que el tamaño, la localización se considera una decisión de largo plazo, por cuanto es costoso equivocarse en su elección. Aspectos como la cercanía al mercado consumidor o a las fuentes de abastecimiento, disponibilidad de factores de producción, aspectos legales y tributarios, son entre otros, los factores que podrían determinar la decisión de
ubicación para el proyecto. Para facilitar el ejercicio, aparecen dos propuestas para valorar los factores localizaciones. La primera de ellas es el método cualitativo por puntos, consistente en calificar y ponderar los factores entre las diferentes alternativas de localización, eligiendo la de mayor calificación. El segundo, un poco más completo, es el método propuesto por Gibson y Brown en donde se mezclan los factores
objetivos, es decir los fácilmente cuantificables (Costos o ingresos) y los factores subjetivos (Cualitativo), para tomar la decisión de localización. Igual, existe una escala valorativa y se elige aquella zona que presente un mayor valor de participación.
La ingeniería a su vez, comprende el análisis a profundidad del proceso productivo, la infraestructura, el equipamiento, la mano de obra requerida, las materias primas y los costos indirectos. Al definir una función de producción óptima, basada en la demanda esperada, se está determinando de manera implícita, las inversiones necesarias en obras físicas e infraestructura, así como las inversiones en capital de trabajo y los costos en adquisición de materias primas y salarios. En esta etapa se deben presentar todos los presupuestos (Inversiones en obras físicas y tecnología, adquisición de materias primas e insumos etc.) necesarios para alimentar el estudio financiero y determinar los flujos de caja del proyecto de inversión.
El tamaño del proyecto hace referencia a establecer el nivel de inversiones necesarias para operar normalmente. Esta decisión, depende entre otros aspectos a la demanda esperada presente y futura, las estrategias comerciales, la disponibilidad de factores de producción, entendidos estos como mano de obra, tierra y materias primas. Para determinar el tamaño se presentan varias opciones entre las cuales está el factor de
escala, donde se relaciona el nivel de inversión con la productividad del tamaño de planta, medido en unidades de producto y por otro lado, aparece el valor presente de las diferentes opciones de tamaño, el cual consiste en calcular flujos netos anuales para cada tamaño, teniendo en cuenta para ello, las economías de escala que se podría dar y el apalancamiento operativo, eligiendo el tamaño de planta que presente un mayor valor presente neto.
Por último, aparece el problema de la localización del proyecto. Al igual que el tamaño, la localización se considera una decisión de largo plazo, por cuanto es costoso equivocarse en su elección. Aspectos como la cercanía al mercado consumidor o a las fuentes de abastecimiento, disponibilidad de factores de producción, aspectos legales y tributarios, son entre otros, los factores que podrían determinar la decisión de
ubicación para el proyecto. Para facilitar el ejercicio, aparecen dos propuestas para valorar los factores localizaciones. La primera de ellas es el método cualitativo por puntos, consistente en calificar y ponderar los factores entre las diferentes alternativas de localización, eligiendo la de mayor calificación. El segundo, un poco más completo, es el método propuesto por Gibson y Brown en donde se mezclan los factores
objetivos, es decir los fácilmente cuantificables (Costos o ingresos) y los factores subjetivos (Cualitativo), para tomar la decisión de localización. Igual, existe una escala valorativa y se elige aquella zona que presente un mayor valor de participación.